Robots
21/06/2017El otro día, viendo un programa de TV en el que presentaban varios tipos de robots que existen en el mercado, descubrí lo que puede hacer la empatía. Uno de los robots (humanoide) estaba programado para perseguir y patear una pelota. A su vez, el presentador le puteaba quitándosela en el último momento. Pensé "pobre robot...". Acto seguido me di cuenta de la estupidez. Si una tostadora no tiene sentimientos, ¿por qué debería de tenerlos un robot, sólo por el hecho de tener ojitos? Pues sí, los humanos no hacemos más que intentar otorgar rasgos humanos a seres sintéticos. Ingenieros de todo el mundo compiten por crear la IA (Inteligencia Artificial) más avanzada, crear el androide más real. Quizás, en nuestro afán por dotar de perfección a otros seres creados por nosotros, estamos intentando subsanar nuestras propias imperfecciones, sin percatarnos de que el ser humano y la imperfección van de la mano. No se puede pretender crear un ser con libre albedrío y esperar la perfección.
Una vez más demostramos que la estupidez humana no tiene límites, y que nunca tenemos suficiente. Queremos conquistar Marte cuando no sé muy bien qué se nos ha perdido allí, teniendo la casa sin barrer.